Asistimos en las últimas décadas a una revolución cultural global: nuevas palabras, nuevos paradigmas, normas, valores, estilos de vida, métodos educativos y procesos de gobernabilidad. Se trata de un sistema ético postmoderno y, en sus aspectos radicales, post-judeocristiano, que se impone bajo la apariencia de un «consenso suave». Muchos tienden a seguir las nuevas normas sin analizar su origen y sus implicaciones. La ignorancia de lo que realmente está en juego -en términos tanto sociopolíticos y culturales como antropológicos y teológicos- es enorme.
Marguerite A. Peeters, Directora del Institute for Intercultural Dialogue Dynamics, con sede en Bruselas, aborda esta compleja cuestión en un sugestivo trabajo que lleva por título «La nueva ética mundial: retos para la Iglesia» y en el que también alienta a los cristianos a ejercer de manera coherente sus responsabilidades en este nuevo marco cultural.