Proseguimos con nuestro proyecto didáctico y divulgativo titulado Líderes para la Historia, con la tercera entrega dedicada a Tomas Moro. La primera entrega sobre este santo la pueden leer aquí. Y la segunda en este enlace. La tercera, aquí.
La serie dedicada a Tomas Moro está escrita por Carlos Cachán, Profesor de Ética y Deontología de la comunicación. Universidad Nebrija.
La suerte estaba echada desde aquel 25 de enero de 1533, día en que Enrique se casa en secreto con Ana Bolena. El 30 de marzo, el nuevo arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, declara que el primer matrimonio de Enrique es inválido. El 1 de junio es coronada reina de Inglaterra. Moro se niega a asistir a la ceremonia de coronación, lo que le granjea el odio de la nueva reina. El 7 de septiembre nace la Princesa Isabel, que reinará entre 1558 y 1603.
Los acontecimientos se precipitan. A comienzos de 1534, se le acusa de haber escrito contra el Book of IX Articles, editado por el Consejo Real para justificar el matrimonio del rey. El 6 de marzo comienza el primer interrogatorio de Moro ante una Comisión del Consejo del Rey. El 12 de abril, Moro acude a la misa dominical en la iglesia de St. Paul. Mientras está de visita en casa de unos amigos, se presenta un oficial y le entrega una citación para comparezca el lunes ante el Lord Canciller y el arzobispo de Canterbury. Pasa la noche en Chelsea.
El 13 de abril, muy de mañana, se despide de su familia. Oye misa, confiesa y comulga. Luego se dirige al palacio de Lambeth. Allí le piden que jure el Acta de Sucesión. La examina con atención y por dos veces rechaza el juramento. Si lo hago, dice Moro, «expongo mi alma a la condenación eterna».
Enrique no admite el rechazo de su ex-consejero. Una excepción y estará dando «ocasión para que todo hombre rehúse la integridad del texto o su contenido». Ningún súbdito inglés reprobará el segundo matrimonio del rey. Moro pasa cuatro días custodiado y rechaza una vez más el juramento. El 17 de abril ingresa en la Torre de Londres.
El 9 de junio, Enrique VIII ordena la abolición del poder «usurpado por el Obispo de Roma». El 3 de noviembre, el Parlamento aprueba el Acta de Supremacía. En virtud de esta nueva ley, el rey -sin ninguna cláusula restrictiva- es Cabeza Suprema de la Iglesia en Inglaterra. La fórmula es incorporada a la ley de Sucesión. Moro es condenado a prisión, acusado de traición. El 18 de diciembre termina la sesión del Parlamento. Por navidades, Lady Moro suplica a Enrique la libertad de su marido y le pide que tenga piedad de él por el desastre financiero en el que se halla su familia.
Con la llegada del nuevo año, el cerco se estrecha. La cuenta atrás empieza para Moro. El reloj de la muerte se ha puesto en marcha. Sus bienes se traspasan a otras personas y las tierras que el rey le había entregado entre 1523 y 1525 vuelven a ser propiedad de la corona. El último día de abril, Moro es interrogado por primera vez en la Torre. El 7 de mayo, Cromwell procede al segundo interrogatorio. El 3 de junio, tiene lugar el tercero; el 11, el cuarto, y el 14, el quinto. Cansado de repetir lo mismo, decide guardar silencio.
El 12 de junio le visita el procurador general, Richard Rich, y le confisca sus libros. También el material de escribir con el que, durante los meses de privación de libertad, ha escrito algunas de las páginas más bellas en lengua inglesa: La agonía de Cristo y Diálogo sobre la consolación en la tribulación. Incluso sin esos materiales, se las ha ingeniado para escribir a su esposa y a Margaret, su hija preferida, en trozos de papel desechados, con un palo carbonizado y pedazos de carbón. Gracias a Margaret se salvó de la confiscación real el manuscrito de La agonía de Cristo. Por su voluntad, pasó a manos españolas a través de Pedro de Soto, confesor del Emperador Carlos V, y acabó en Valencia.
Moro ha padecido bastante durante los 15 meses que lleva encarcelado en la Torre de Londres por «su ya antigua enfermedad de pecho, por la grava, las piedras y por las restricciones». Pero su alegría habitual permanece, y bromea con su familia y amigos siempre que le permiten verlos, mostrándose tan alegre como cuando estaba en su casa.
El 1 de julio comienza el histórico proceso en Westminster-Hall. Se le acusa de alta traición, ante una comisión especial formada por 20 personas. El principal testigo es Rich. Bajo juramento, declara en falso que Moro ha negado el poder del Parlamento para conferir la supremacía eclesiástica a Enrique. Moro niega los cargos de la acusación y denuncia al procurador general de perjuro.
Sabe que va a morir, pero no quiere darles ningún pretexto. Al ser interrogado si reconoce, acepta y considera al rey como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, se niega a dar una respuesta directa, declarando: “No quiero tener nada que ver con esto, porque he tomado la firme decisión de dedicarme a las cosas de Dios y meditar sobre su Pasión y sobre mi paso por esta tierra”.
El jurado lo declara culpable por haber hablado del rey «traidoramente, maliciosamente, diabólicamente». Y es condenado a ser colgado en las horcas de Tyburn. Sólo entonces, con toda la agudeza jurídica de la que es capaz, Moro declara públicamente la ilegitimidad del Acta de Supremacía. Después de algunos días, Enrique cambia la sentencia, decretando que muera decapitado en Tower Hill.
El martes 6 de julio de 1535 tiene lugar la ejecución en la colina de Tower, junto a la Torre de Londres. Moro tiene 58 años. El hacha sólo pudo cortarle la cabeza, expuesta luego en una picota en lo alto del Puente de Londres durante un mes. Fue el único modo que tuvo Enrique VIII de apoderarse de ella.
Carlos Cachán
Para saber más:
Tomas Moro. Keith Watson. Perspectivas (UNESCO), vol. XXIV, nº 1-2, 1994, págs. 181-199
http://www.ibe.unesco.org/publications/ThinkersPdf/moros.PDF
http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/archive/publications/ThinkersPdf/moros.PDF
Un hombre para todas las horas: la correspondencia de Tomás Moro (1499-1534)
Editado por Álvaro De Silva
http://goo.gl/9MCAQ4
Tomas Moro: obras completas
http://www.dudasytextos.com/clasicos/tomas_moro_completas.htm